Robado del blog de Valeria Villa en El Universal – porque sí me identifiqué

HISTORIA 22: FRENO DE MANO

«Tenemos que ponerle pausa a todo esto» le dijo él la otra noche. Se lo dijo después de hacer el amor. Después de conversar por largo rato de muchas cosas y de reirse mucho como siempre que estaban juntos. A Laura no le sorprendió, pero no por eso le dolió menos. Desde el principio él había dejado en claro que estaba pasando por un momento complicado, de caos personal y familiar, que estaba exhausto y harto de su vida como estaba planteada en este momento. A pesar de todas las advertencias y de tibios intentos por parte de los dos, terminaron relacionándose y vinculándose más allá de lo que habían previsto.

Asunto fugaz en realidad. Duró unas cuantas semanas solamente. Para Laura fué como un año de su vida. Ella había decidido «contundentemente» que quería aprender a estar sola como recomendaban todos los psicoterapeutas que escuchaba en el radio o los libros de autoayuda que a veces compraba. Apenas estaba recomponiendo el corazón después de la última relación fallida con un hombre al que quiso muchísimo pero que no la quiso tanto. Estaba cada vez más dolida y desconfiada. A veces sus amigas le mandaban mails de esos que dicen: «Ama como si nunca te hubieran lastimado». Laura se reía de semejante candor.

Ella podía cada vez menos, hacer eso de amar como si nunca hubiera sufrido. Se había convertido en una experta en no enamorarse de nadie y aprendió a estar tranquila, a diversificar sus fuentes de bienestar, a dedicarse a muchas otras cosas y a dejar de pensar que un día llegaría el amor de su vida. Ya no creía en eso. Ya no estaba en edad para creerse algo así. Pero sus núcleos de dependencia, su necesidad de ser validada y valorada por la mirada masculina, le quitaban determinación. A veces y casi sin darse cuenta, se veía envuelta en relaciones que sentía no haber elegido. Le quedaba mucho terreno por andar en eso de aprender a disfrutar de no tener pareja, a gozar de sí misma y a no sentirse «menos» por no tener un hombre a su lado.

Este hombre la tomó por sorpresa. No estaba en el guión. ¿De dónde diablos había salido alguien como él, que tenía como 7 de las 10 cosas que seducían a Laura en el terreno amoroso? Salió de la nada, de un lugar improbable, en un mal momento, con todo en contra y con poquísimo a favor. El otro día, alguien le explicó a Laura que la «co-adicción» (codependencia es una mala traducción le dijeron) genera las mismas sensaciones que experimenta un adicto cuando no consume drogas: Sudoración, palpitaciones, angustia, insomnio, sensación de intranquilidad, tristeza, hambre infinita, deseos de salir corriendo con el dealer más cercano. Lo mismo le pasa al «co-adicto» que se vuelve adicto a la adrenalina de una pasión amorosa. Así está Laura hoy. En síndrome de abstinencia. «Tenemos que ponerle pausa a todo esto» le dijo él. La frase le retumba en la cabeza varias veces al día. Se siente un poco absurda por estar pasándolo tan mal. «Sobre advertencia no hay engaño» le decía la abuela y a veces también su padre. Pero nada de eso la calma ni le quita la sensación de agujero en el estómago, de tristeza por la pérdida, de conjugar el verbo hubiera aunque sea la más tonta de las conjugaciones.

Quizá la única buena noticia es que Laura aprende cosas de ella cuando vive algo así. Se vuelve un poco menos dramática, se recupera más rápido y no descuida todo aquello que le gusta y que le sale bien. Sus huellas de abandono cada vez le duelen menos y las entiende más. El otro día encontró en la red el «Holstee Manifesto» que en una de sus frases decía: «Deja de buscar al amor de tu vida. El te encontrará a tí cuando empieces a hacer lo que amas».

«Sólo se enamoran o se apasionan los que están mal», dice Rafael Manrique en «Sexo Erotismo y amor». Y tiene razón. Laura y el hombre fugaz estaban mal. Más él que ella. Y por eso la pasión se desbordó. Ella recoge otra vez pedacitos de sí misma. Cada vez menos. Cada vez más dueña de sí. Cada vez más concentrada en su proyecto de vida y menos en el proyecto de alguien más. Cada vez menos co-adicta, tristea un poco pero cada día menos. Sabe que le viene bien amar lo que hace y lo que sí ha construido con mucho esfuerzo, como antídoto para dejar de pensar que algún día, alguien vendrá por ella para llevarla al paraíso.

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3 comentarios en “Robado del blog de Valeria Villa en El Universal – porque sí me identifiqué

  1. Estoy pasando por una ruptura inminente después de 5 años de relación, ha sido una relación desgastaste pero llena de amor y pasión, tal vez masoquista, no lo se, siento que me desmorono, pero aquí sigo y seguiré, pues me he agarrado de amar eso, exactamente lo que escribiste, «de eso que creo me sale bien» deseo continuar con mi vida, pero parece tan complicado estar sola, quiero aprender a estarlo y recoger los menos pedacitos de mi corazón por arriesgarme a sentir amor con quien no debía…

    Soy fan de tu blog Vale, te estaba buscando y esta nota me cae como anillo al dedo, me hace reflexionar y visualizar me.

    Saludos.

  2. Creo que todas pasamos, tarde o temprano, por esta situación….lo importante es aprender, retener lo bueno y seguir adelante con optimismo, queriéndonos mucho y perdonar nuestro resbalón.

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